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Cepas

Yo vivo en la tierra del Malbec

Yo vivo en la tierra del Malbec

Hoy 17 de Abril se celebra por séptimo año consecutivo el «Día Mundial del Malbec»  ya que un  17 de Abril de 1853 la cepa llegó a nuestro país con el apoyo del gobernador de Mendoza Pedro Pascual Segura y pensé: como no dedicarle unas líneas a la cepa insignia de Argentina, la que se encuentra mayoritariamente en la DOC Luján de Cuyo, Mendoza: su hogar natural.

Aquí encontró la tierra que le permitiría expresar sus mejores virtudes, incluso mejor que en su suelo original.

Y es así que al llegar a Luján de Cuyo por el acceso Sur nos encontramos con una gran bienvenida, un cartel que dice: Tierra del Malbec.

Y yo afortunadamente vivo en la tierra del Malbec. Cepa embajadora ante el mundo y profeta en su tierra, mi tierra. Y es que sí, los datos confirman que contamos con la mayor superficie cultivada de esta variedad en todo el mundo y el mundo nos identifica por la excelencia de nuestro Malbec.

Y hoy en su día quise homenajearla contándoles algo más de ella, aquellas cosas que no se encuentran en la botella. Les dejo una presentación de nuestra gran cepa: su Majestad  el Malbec.

Originaria de Cahors al suroeste de Francia, allí es conocida como Cot (aunque se encuentran otros sinónimos en la literatura).

En su lugar de origen se la conocía como el vino negro de Cahors. Fue un cepaje importante hasta la época de la filoxera, flagelo al cuál no escapó quedando relegada hasta que en el año 1940 comenzó su replantación.

En Argentina habría sido introducida por Luis Pouget a mediados del siglo XIX, y tuvo una rápida difusión en Mendoza llegando a existir más de 50.000 hectáreas. (actualmente son 40.000 las hectáreas cultivadas, muy lejos de Chile con 6.000, Francia con 5.000, Sudáfrica con 4.000, Nueva Zelanda con 80 y California con 45 hectáreas). Mendoza alberga hoy casi al 85% de la totalidad de Argentina.

Se la conocía acá como la «uva francesa».Aún recuerdo hablar a mi abuelo francés de ella diciendo «es una uva muy espartana, de bajo rinde» …ayyyy abuelo!! Pero era la uva que constituía la base de los vinos tintos de la región. Tal vez eso y los beneficios impositivos contribuyeron a la erradicación de la misma porque se privilegiaba a la uva criolla con el doble de rendimiento por hectárea. Y así se pasó de 57.690 hectáreas en 1966 a 10.457 hectáreas en 1990.

La necesidad de preservar el patrimonio que constituía el cepaje Malbec movió a la EEA del Inta, a la Municipalidad de Luján de Cuyo y a bodegueros del departamento a establecer la denominación de origen Malbec Luján de Cuyo en el año 1986, primera Denominacion de Origen implementada en la Argentina.

El nombre Malbec con el cual se la conoce en la Argentina, proviene de Malbeck que sería el nombre del introductor de este cepaje en Francia.

Es una cepa que brota a principios de septiembre-octubre y madura en el mes de Marzo.

El vino Malbec tradicional se elaboraba a partir de uvas cosechadas a 22-22,5 grados Brix (los grados Brix son una unidad de cantidad -símbolo °Bx- y sirven para determinar el cociente total de materia seca -generalmente azúcares- disuelta en un líquido. Una solución de 25 °Bx contiene 25 g de sólido disuelto por 100 g de disolución total. Los grados Brix se cuantifican con un refractómetro). Las uvas eran sometidas a un método de vinificación clásica:en piletas de cemento revestidas con epoxi,con maceraciones cortas y utilizando levaduras autóctonas. No se llevaba control de la fermentación maloláctica y se criaba 2 a 3 años en grandes toneles de roble, de mucha antigüedad lo que le imprimía al vino un carácter especial aceptado por los consumidores argentinos pero no así por los mercados mundiales. Actualmente se considera necesario llegar a una completa madurez polifenólica, lo que implica obtener vinos con mayor graduación alcohólica. Esto lleva a que la cosecha se realice en las zonas más frescas a principios del mes de Abril.

Debido a los cambios que implicó el desafío de la calidad internacional se cambiaron las piletas por tanques de acero inoxidable, y los viejos toneles por barricas de roble francés o americano. Las maceraciones son más largas, de 20 o más días,y los remontajes y algunos delestages son las prácticas más usadas para la extracción del contenido polifenólico de las uvas.

Un dejo dulzón lo caracteriza, asociado con taninos suaves que responden a una maduración lenta en otoños frescos y prolongados. Posee intensos aromas que recuerdan a frutos rojos y se destaca un especiado de pimienta negra.

En cuanto a su rendimiento es una variedad que no tolera altos rendimientos ya que los mismos provocan plantas desequilibradas.En general existe consenso con los productores que rindes superiores a 10.000 kg por hectárea producen vinos con marcados aromas herbáceos y poca concentración. De allí la queja de mi abuelo que obtenía 22.000 kg por hectárea con uvas criollas.

El Malbec tiene aún un gran desafío. Si bien no está totalmente definido el estilo de Malbec que debería caracterizar a la Argentina, es indudable que se busca un vino de fuerte aroma frutal amalgamado con los olores de una buena madera, donde a la vez se manifiesten los tonos violetas en el color y con mucha concentración y taninos suaves. Hoy se encuentran en el mercado vinos Malbec de estilos muy distintos que responden a las diferencias en el sistema de conducción del viñedo, en el rendimiento obtenido, en el momento de la cosecha, en los clones implantados, en las levaduras utilizadas, en el tipo de maceración, en la madera utilizada y en el tiempo de guarda en botellas. Por ello según los expertos, deberá existir una discusión sobre la influencia de estas técnicas sobre las características de este vino. Recién entonces Argentina encontrará un estilo único que nos identifique.

El Malbec y yo compartimos el suelo, el terroir. Despertamos cada mañana bajo el mismo sol. Respiramos el aire de montaña y bebemos el mismo agua. Nuestra piel pasa por los mismos veranos, los mismos otoños, los crudos inviernos y  las cálidas primaveras. El Malbec y yo tenemos las mismas raíces: Francia. Y elegimos, o el destino nos trajo hasta aquí a Mendoza: la Tierra del Sol y del Buen vino y al mismo departamento: Luján de Cuyo, la Tierra del Malbec. Definitivamente el Malbec y yo tenemos mucho en común.

Amado Malbec acepta hoy mi homenaje.

 

Fuente: Carlos Catania- Silvia Avagnina

 

 

 

 

 

 

 

 

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