La cuarentena tiene cosas buenas y una de ellas es que nos hace extrañar a las personas y lugares que queremos mucho.

Argentina aún no abrió las puertas al turismo internacional, y muchas restricciones a la circulación interna están vigentes en la provincia, lo que no impide que tomemos en cuenta varias cosas a la hora de elegir un destino turístico.

Ya sabemos que la provincia ofrece bellezas naturales únicas (el cañón del Atuel, el valle de Uco, los circuitos de ski, los imponentes seis miles, entre otras), lo que sumado a la vida de la ciudad y la calidad de su gente, nos presenta un escenario muy tentador. Para los argentinos es un destino que tenemos que elegir en más de una estación del año, porque cada una de las cuatro tiene su encanto particular: los colores del otoño, la nieve del invierno, el envero de la primavera y su amplitud térmica del verano. Además de la naturaleza, tiene una oferta muy peculiar en actividades deportivas y la calidad de la gastronomía es única.

Ahora pensemos en un plus para los extranjeros: el tipo de cambio.

A los precios actuales en Mendoza, un comenzal extranjero puede disfrutar de un menú de cuatro pasos en una bodega de la más alta calidad por veinte dólares norteamericanos. ¿Cuánto vale la hamburguesa de referencia más famosa en Estados Unidos en 2020? Cinco dólares con sesenta y siete centavos. ¿En cuántos lugares del mundo se puede disfrutar de una botella de champán método champenoise por ocho dólares; o de un vino Gran Reserva de 1999 por dieciséis dólares?

Para graficar impacto de lo que estoy queriendo decir, les dejo el siguiente cuadro:

Seguramente, la tabla sirva para convencer a más de un extranjero que está pensando en un lugar para visitar pospandemia. Y a nosotros, aprovechemos que lo tenemos cerca, no dejemos pasar más tiempo y ¡A volver a Mendoza!