El fin de semana del 20 de agosto estaba cargado de eventos de alta calidad relacionados con el vino, y elegimos, en Buenos Aires, la Feria de Vinos Orgánicos. Hay muchas causas que nos llevaron a esta decisión, pero la realidad es que en la «Ciudad de la Furia» cada vez más gente opta por dejarse llevar de a poco hacia lo natural.
El lugar elegido por los organizadores es icónico: La Botica del Angel; ese lugar es así, tiene ángel.
Hasta el más reticente que pase por la vereda lleva su mirada a la fachada, y el interior es para visitarlo más de una vez.
Luego de las bienvenidas y los pasos propios del ingreso a cada feria, comenzamos el recorrido muy particular que ofrece un espacio diferente. Cuando vas a «La Botica» sabés que todos tus sentidos se exacerban y la experiencia es muy particular.
Ya hablando de vinos, nos recibió «una señora» que viene de imponerse en el segundo flight del Mar del Plata Wine Tasting 2016: Esmeralda Fernández.
Esta «recepción» nos dice que no nos equivocamos al elegir, y que indudablemente en el evento hay campeones que ya trascienden la barrera que nos imponemos cuando hablamos de «orgánicos y biodinámicos». Es algo que venimos notando desde hace tiempo, hay vinos que ya no se merecen ser tratados como «diferentes» por el hecho de ser elaborados con un proceso sustentable para el medio ambiente. Dejan de ser «otgánicos» para ser «vinos». Hay establecimientos que trabajan realmente bien y en una cata a ciegas, muchos «expertos» que no son amigos de este tipo de vitivinicultura, pasarían un interesante «veranito».
Lo vimos en la Feria, ya no es raro escuchar charlas en idiomas extranjeros, pero también se confirma la presencia de un público joven atento a esto que están descubriendo.
Esto genera la Feria de Vinos Orgánicos, que los que están buscando una vida más natural, se acerquen y conozcan. Comenzarán por preguntar, porque sí, son muy preguntones, y así irán aprendiendo que cada copa de vino tiene más que un líquido. Se los ve inquietos y atentos. Con ganas de saber. Con ganas de más. Y se entusiasman más allá de los comerciales de dudoso gusto que les ofrecen simplemente una bebida alcohólica. Y recorrerán ese camino que los lleve a un conocimiento más amplio de este gran mundo, siempre que estemos a la altura de las circunstancias y comuniquemos como es debido.
Dejo para el final a dos bodegas que siempre «nos tratan muy bien», vínicamente hablando: Solandes y Krontiras.
Gabriel Galarza de Solandes nos dio a probar los clásicos Chardonnay, Malbec, Malbec/Malbec, Cabernet Sauvignon que están de lujo. Ya hemos escrito entradas anteriores sobre dos de estos vinos y están buenísimos como siempre.Eso quedó demostrado en la cantidad de gente que se acercaba al stand y salía con una sonrisa.
En cuanto a Krontiras, nos recibió Maricruz Antolín, ingeniera agrónoma de la bodega, y apasionada como es, nos contó hasta el más mínimo detalle de la línea Doña Silvina. Sí, también degustamos todas las opciones de Doña Silvina, incluído «el de la botella pesada».
Mucho y bueno para ver y para contar en esta edición de la Feria de Vinos Orgánicos y si no tuviste la oportunidad, no te pierdas la próxima.
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