— Blog —

El Vino

Plagas y plaguicidas.

Plagas y plaguicidas.

La uva es frágil y no es simple hacerla llegar al fin de su maduración en óptimas condiciones. A veces es el clima, pero otras, sobre todo cuando no existe o no se aplica una política fitosanitaria adecuada, los esfuerzos del productor pueden ser estériles, o al menos, no eficaces.

En diecisiete provincias argentinas se siembra la vitis vinífera para producir vinos, y en cada una de ellas, o en cada región a la cual pertenecen, podemos encontrar plagas propias del lugar, lo que sí podemos generalizar es la presencia, a muy grandes rasgos, de cuatro tipos de enfermedades que pueden llegar a matar a la planta.

El oidio se da especialmente en las uvas de mesa; y es producida por el hongo Oidium tuckeri Berk. El medio ambiente y la falta de control fitosanitario, incrementan la expansión de la enfermedad. Adquiere mucha importancia el ataque a los granos, aunque el ataque a hojas y brotes ya ocasiona daños al producir deficiente nutrición del racimo y debilitamiento general de la planta. El plaguicida a utilizar debería ser a base de azufre durante la brotación y con derivados del cobre hasta diciembre.

La podredumbre gris, o podredumbre de los racimos se da por nuestra conocida por una serie de hongos y levaduras, entre los cuales se encuentra nuestra muy conocida botrytis. Las pérdidas por esta enfermedad pueden llegar al 70% de la producción, dependiendo de las condiciones del lugar. La mejor manera de prevenirla es con un sistema de conducción que permita un buen microclima, rendimientos moderados y que evite el exceso de riego.

La peronóspera es una enfermedad de alta capacidad destructora cuando la temperatura y la humedad son propicias para su desarrollo. Es producida por el hongo Plasmopora viticola y ataca a todas las partes verdes de la planta, pero preferentemente a las hojas. Los racimos, si la humedad y la temperatura son favorables, también son atacados. Cuando el racimo ha llegado a su máximo tamaño, sus síntomas se reconocen por marchitez y arrugamiento de los granos. Al igual que con el oidio o quintal, el tratamiento es con azufre y cobre.

La hoja de malvón tal el nombre con el que se conoce a esta enfermedad, provoca la muerte de la planta comenzando los síntomas por uno de sus brazos. En los últimos años se ha verificado un aumento notable, encontrándose algunos viñedos con una cantidad de plantas enfermas superior al 15%. La enfermedad comienza a manifestarse en uno de los brazos de la planta. Se caracteriza por presentar sarmientos cortos, hojas con bordes enrollados hacia abajo, racimos pequeños de bayas no uniformes y necrosis de los tejidos de conducción. A medida que avanza, se extiende a otros brazos o ramificaciones, la planta se vuelve improductiva y finalmente muere. Las medidas de manejo de la enfermedad varían de acuerdo a la incidencia de cada viñedo: lo que se aconseja para disminuir su incidencia son hasta el momento medidas preventivas y es recomendable que se apliquen en forma colectiva.

Agregar comentario

Tu dirección de email no será publicada. Los campos obligatorios están indicados con *