Admitámoslo: somos argentinos, recién termina el Campeonato Mundial en Mendoza, ahora somos todos sommelier. Imposible negarlo. Está en nuestro ADN. Los argentinos somos así.
Mientras tanto, y para no pasar calores innecesarios, aprovechemos cinco consejitos que nos da Karen MacNeil en Vivino de esta semana:
- Hacete de un «Presupuesto para la aventura del vino»: la mejor forma de aprender desde la nada misma, es tomar. Probar bodegas, etiquetas, varietales una y otra vez. Karen tomó más de 3.000 vinos por año, en los últimos 30 años; algo más que nosotros debe saber y ella lo recomienda. Andá, comprate un par de vinitos por semana, probalos y contá.
- Probá más de un vino a la vez. De esa manera podemos comparar los aromas, los sabores, el aspecto visual. Los profesionales tienen esa ventaja sobre los amateurs.
- No tragues rápido. El vino no es ese jarabe horrible que te hacían tomar de chico. Es un manjar, saborealo. Guardalo 2, 3, 4 segundos en la boca y descubrí los dulces, los salados, los ácidos.
- Escribí tus impresiones. «Taninos redondos.. ahhh no…pará». No todos tenemos la misma memoria, ni estamos expuestos a los mismos olores o sabores. Anotá lo que descubriste en cada vino. Cuando lo vuelvas a tomar, volvé a anotar. Así podés ir notando las diferencias, entre el mismo vino -percibido en distintos momentos – y otros vinos.
- Probá vinos con otras personas. La interacción en los grupos lleva a que entre todos puedan descubrir distintas cosas. Cada uno tiene habilidades diferentes o reconoce otras cosas en el vino, y así con cada subjetividad, se puede llegar a un resultado más objetivo sobre lo que estamos probando.
Ahora sí, damas y caballeros, ¡aprovechemos el sábado!
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