A vos te hablo.
Sí, a vos.
Mirá el calendario. Fijate qué día es. Hacé la cuenta de cuánto falta para el 14 de febrero…
¿Y qué pasa el 14 de febrero?
Es domingo. Vas a tener que suspender todo lo relacionado con el fútbol si querés conservar a tu novia, esposa, etc.
¿Porque? Es San Valentín, y según dice una tradición, San Valentín arriesgaba su vida para casar cristianamente a las parejas durante el tiempo de persecución. Por fin entregó su vida en el martirio, que es la máxima manifestación del amor. Hay otras creencias, pero a esta altura, lo que importa es que vas a necesitar una cena romántica o vas a estar en problemas.
No. Pizza con cerveza no es la idea de ellas de una cena romántica.
Si no vas a optar por uno de esos menúes que te resuelven todo por $ xxxxx, podés armarlo vos mismo y sorprenderla con algo que no suelan beber.
Un rosado -sí, dejate sorprender vos también-; un blanco tardío – o tal vez un malbec tardío, como el de Graffigna -, un espumoso rosé, un pinot noir del sur o un merlot.
Investigá, pedí asesoramiento, sorprendela y tal vez, empiece a comprender tu «locura por el vino».
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