Si Ud. es un enófilo purista por favor absténgase de leer esta nota porque tal vez le resulte un agravio para su paladar.
Si bien los amantes del vino sabemos como beber un buen vino: a la temperatura correcta, en la copa adecuada y acompañado de una buena comida no podemos negar el avance del mismo como base en la preparación de cócteles.
Y esto no debería sorprendernos puesto que la primera definición de Cóctel que se encuentra es de 1806 donde se describe al mismo como una preparación de cualquier tipo de bebida alcohólica ( entonces porqué no vino? ) con el agregado de azúcar, agua y angostura.
Y aunque pareciera que esto es relativamente nuevo el primer antecedente de cóctel con vino es el Black Velvet creado en 1861 en Londres el día posterior a la muerte del Príncipe Alberto cuando en el Brook’s Club expresaron su luto pensando que el champagne también debía estarlo y le agregaron cerveza negra.
Le seguirían los americanos ( en 1889 ) con un famoso cóctel que se preparaba con champagne y brandy helados.
Luego los italianos de la mano de Giusseppe Cipriani en 1945 crean el Bellini en honor al pintor renacentista Giovanni Bellini y el trago justamente lleva los colores de sus pinturas rosas y naranjas al prepararlo con prosecco ( el espumante italiano ) y pulpa de durazno.
Posteriormente los franceses crearían su primer cóctel con vino : el famoso Kirk Royal que fue una adaptación de una versión anterior preparada con vino Borgoña blanco.
Y sin ir mucho más lejos nuestros hermanos chilenos tienen su versión famosa de cóctel con vino : la Vaina Chilena preparada con vino tinto dulce, yema de huevo y canela que quienes hayan tenido la oportunidad de beberlo en Chile están en condiciones de afirmar que es un exquisito y original aperitivo. Más aún si degustamos la versión casera y no la de un bar.
Actualmente la nueva generación de bartenders utiliza diferentes vinos en sus preparaciones siendo esta una tendencia que crece año tras año.
Las bodegas no están ajenas a esta tendencia y ya incursionan con nuevos productos para ser consumidos en combinación con frutas como aperitivos.
Fue Moët & Chandon en 2011 quien lanza su producto estrella el Moët Ice Imperial creado para beberlo en una copa grande con hielo y acompañado de menta, pepino jengibre o frutos rojos.
En Argentina Chandon en 2012 presentó este espumante mezcla de aperitivo y vino dulce también para ser bebido en vasos especiales que eran vendidos con el mismo Delice y aconsejaba ser bebido con rodajas de pomelo rosado, o de naranjas, o menta o albahaca según los distintos gustos.
Y si bien la mayoría de los aperitivos usan de base un espumante es posible degustar en la barra de cualquier bar de moda , sobre todo si estás en Buenos Aires , un aperitivo con vino blanco ,rosado o tinto, según la creatividad del propio bartender.
Si te animás y querés sorprender con un aperitivo con vino a tus invitados te recomiendo 2 de mis preferidos: Mimosa y Spritz Veneziano ( mucho más rico si lo tomás frente al Rialto en Venezia a las 6 de la tarde)
Son fáciles de preparar y sin duda le darás un toque diferente a tu cena.
Mimosa: 1 medida de jugo de naranja recién exprimido y 1 medida de espumante.
Spritz Veneziano: 1/3 de Campari ( puede ser con Aperol como te lo sirven en Venezia) , 1/3 de espumante y 1/3 de agua gasificada. Y hielo.
Si te animás contáme como reaccionaron tus invitados .
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