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Enogastronomía

Maridándolos

Maridándolos

Y el chiste fácil nos lleva a decir que no es pasar por el Registro Civil…

En el refranero popular, casi sin darnos cuenta, todos repetimos que las carnes blancas van con vinos blancos, y que las carnes rojas van con vinos rojos. Lo que estamos buscando es como combinar platos con bebidas y que no se rompa la armonía.

Para eso hay que reconocer texturas, sabores y aromas tanto en el vino como en el plato. Las grasas, las fibras y las harinas se combinan con distintas bebidas. Los elementos que componen el plato deben ser conocidos para no romper ciertas reglas básicas (no tomar vinos dulces con carnes o pescados; no tomar tintos con pescado crudo, etc.)

Tenemos el maridaje regional o tradicional (simétrico) que llama a la famosa frase: ¡nunca falla!

phpThumb_generated_thumbnailjpgSon los que  nos suenan casi sin esfuerzo. A pocos osados se les ocurriría comer empanadas salteñas sin acompañarlas con un Torrontés también salteño («crecen juntos, se comen juntos»).

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Disculpen los cuyanos si los porteños cometemos una disgresión gigante, pero es imposible pasar por alguna de las pizzerías tradicionales de Buenos Aires sin recordar a Adrián Otero y pedir:

Moscato, Pizza y Fainá…

Existe sin embargo otro maridaje al que se lo llama por contraste o complementario, que consiste en resaltar la nota de ambos componentes, que resultan ser opuestas, y como ejemplo de esto podemos tener el sushi con vino rosado,Sushi y Vino 2_sm o la fondue de quesos con chardonnay.

En el fondo, estamos hablando de subjetividades y nos tenemos que animar a seguir probando combinaciones que nos deleiten. Es apenas una experiencia sensorial 😉

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