En varias oportunidades hice comentarios sobre mi abuelo, el italiano. Esta vez es el turno de mi bisabuelo, el español.
En una de esas tardes de lluvia que da para revolver cosas que uno ni sabe que existen, aparece una foto de mi bisabuelo con un accesorio –gadget le diríamos hoy- que está en vías de extinción, al menos en estas tierras. Era el “bag-in-box” del milenio pasado: La Bota.
Cuando era chico me llamaba mucho la atención la ceremonia del embudo, el vino en esa bolsa de cuero, y que no “perdiera” el líquido – a pesar de ver como “bajaba el volumen” de la bota.
Pues bien, ¿se sigue usando en España la bota? La respuesta es que sí. Y se usa también en otros países –incluso el nuestro, aunque se vea poco-. “Viajamos” al ciberespacio de Pamplona, para caer en la fábrica de botas “Tres ZZZ” para averiguar un poco más sobre la fabricación actual y el uso del recipiente.
La piel elegida es la de cabra, dada su flexibilidad en el uso y la facilidad de trabajo para el artesano. El cuero del animal es cuidadosamente tratado por dentro, para remover cualquier resto de grasa o carne. Todo este proceso debe ser cuidadosamente realizado para evitar daños a la piel.
Luego se realiza el curtido. La resina de árboles como el pino o la encina, se muele y se aplica al cuero para evitar que se pudra, al tiempo que le da cuerpo. Por dentro, se aplica aceite de oliva que le dará flexibilidad y protección en el momento de colocarle “la pez”.
La pez es un producto resinoso que se extrae del pino o del enebro y se trabaja a altas temperaturas y será el principal impermeabilizante de la bota.
Para finalizar, los hilos y trenzas utilizados en las costuras serán mayormente de lino y algodón, mientras que los brocales y boquillas son de baquelita; a pesar de que se hayan utilizado también de asta de toro o plástico.
Si tienen oportunidad de probar el vino directamente de la bota y empezar a dominarla, no la desaprovechen!
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