Resulta interesante ver las diferentes características que puede tener el mismo tipo de planta, dependiendo de la climatología o del suelo.
Quienes somos de la Pampa Húmeda, y no sabemos cultivar en suelos áridos, pensamos que no están dadas las condiciones para que un frutal se desarrolle en climas extremos y suelos pobres en humus. Esa es la primer sorpresa que encontramos en Cuyo. El tan de moda Valle de Uco muestra un suelo en altura con reminiscencias volcánicas y hasta salobres. Incluso se han encontrado fósiles marinos en la zona, producto de los movimientos que tuvieron lugar en la formación de la Cordillera de los Andes.
El clima de la región es extremo. Fríos intensos y nevadas en el inverno. Amplitudes térmicas de 15°C en verano, con más de treinta grados durante el día y menos de quince durante la noche. Muy escasa humedad relativa ambiente y pocas lluvias (un promedio de 200 mm al año).
Sin embargo, la vitis vinífera se desarrolla de una manera excepcional. Las raíces se nutren de la mineralidad del suelo y los frutos dan sabores, colores y aromas únicos debido a la heliofanía y la amplitud térmica.
El siguiente razonamiento es: si la uva se desarrolla tan bien en la montaña, sin humedad y con exceso de sol; entonces en la pampa húmeda no se puede obtener vino de calidad.
La lógica binaria no aplica a este ejemplo. Hay una indicación geográfica aprobada por el INV en Chapadmalal, en la costa sur de la provincia de Buenos Aires, a minutos apenas de Mar del Plata.
El suelo acá es plano, casi a nivel del mar, con milenios de acumulación de tierra negra fértil.
El clima es húmedo. Llueve más de los 600 mm máximos teóricos que requiere la vid. Los días de sol no son los 300 al año de Mendoza. La humedad relativa ambiente se respira. No hay inviernos duros (heladas sí, nevadas no), y la amplitud térmica es baja.
Pareciera que no vamos a probar vinos de calidad en esta IG, sino apenas algo mejor que el vino de mi abuelo.
No me animaría a hacer tremenda afirmación. Sí me animaría a decir que podemos llegar a probar vinos de calidad, de cepas a las que no estamos acostumbrados.
Esta “entrada inconclusa” está conectada con la que publicaré el jueves 26 de enero. En ese momento, tal vez aprendamos algo más de los vinos de zonas “no tradicionales”.
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