Todo tiene un final, y esta es mi última entrada de 2016. Le tocará a Claudia despedir formalmente el 31 de diciembre a este año.
A diferencia del año pasado, no es tiempo de balance. Como lo dije en mi entrada de Navidad, es tiempo de dar gracias.
Desde el primer día de este 2016, hasta hoy.
Gracias a Dios y a mis afectos.
Gracias a quienes me enseñaron algo nuevo.
Gracias a quienes decidieron compartir algo durante estos doce meses.
Gracias a quienes nos leen y nos animan; y también gracias a quienes nos critican constructivamente.
Gracias a todos los que aportan lo más valioso que tienen, su tiempo, porque el tiempo no se recupera.
Es interminable la lista de gracias, porque más pienso y más temo olvidar a alguien.
Y esto sí es igual al agradecimiento del año pasado: gracias a Claudia por animarse y a nuestras familias por el aguante.
Tengan un muy feliz 2017, y que el próximo 31 de diciembre nos encuentre con más motivos para agradecer.
Hasta el año próximo.
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