Había una vez un abogado que se jubiló y se dedicó a hacer vino y se equivocó y «arruinó» un Chardonnay.

Y ese podría ser el principio y el fin de la historia. O la línea inicial o final de una charla sobre management para emprendedores. Sin embargo es la historia de Jess Jackson quien en 1982, en su finca de 80 acres de California, y debido a un error en el proceso de fermentación, «arruinó» la producción de Chardonnay de Kendall-Jackson.

Sin embargo, ese Chardonnay se transformó en el más vendido en Estados Unidos por 21 años consecutivos.

KJ hoy tiene 12000 acres en viñedos en varios lugares del mundo (California, Australia, Sud Africa, Chile, Francia e Italia.

Jackson apuntaba a crear un vino en algún punto entre los 2 dólares que cuesta un jugo de frutas y los 15 dólares que costaba un vino premium europeo en ese momento. Y apuntó a un público que gustara de un vino blanco con un toque de sabor dulce frutado, a un precio apenas inferior a los cinco dólares. Presentó a su vino como un «superblend nunca antes presentado al público norteamericano» y consiguió la atención nada menos, que de la entonces primera dama: Nancy Reagan. Ese año, ese vino era servido en la Casa Blanca. Por supuesto que consiguió premios, y un envidiable liderazgo en ventas por décadas.

Hoy, Kendall-Jackson sigue con su «vaca lechera», mientras que ha desarrollado vinos de gran calidad, tanto blancos como tintos.

Acabo de leer lo siguiente: «El éxito proviene de tomar decisiones correctas, pero las decisiones correctas provienen de la experiencia, que solo se consigue tomando decisiones incorrectas»…