Teníamos un chocolate amargo pidiendo ser saboreado y tuvimos que escarbar un poquito para ver con qué acompañarlo, sobre todo porque nunca falta el sacrílego que quiere utilizar una barra de chocolate para hacer un submarino…
El elegido fue un Graffigna Centenario Malbec Tardío 2012 ($ 125.-) y el primer mito derribado fue: «¿un vino tinto dulce?, ¿no es que solo los blancos son dulces?, ¿le ponen azúcar?». Sí, un tinto dulce y muy equilibrado, con un final largo y suave.
Este malbec sanjuanino, rojo rubí de brillo intenso, nos trae aromas de frutos rojos, chocolates, con una complejidad muy interesante.
Al saborearlo, cae el otro mito: «¡pero este no es alcohólico!, ¡el oporto que me diste el otro día, tenía más alcohol!». Damas y caballeros: que un vino sea de cosecha tardía, precisamente nos dice que es menos alcohólico que un cosecha temprano, por el simple hecho de que los alcoholes del temprano, se transforman en azúcares al tardar en cosecharlo. No confudamos cosecha tardía con vino fortificado.
Habiendo salvado al chocolate de morir disuelto en leche, seguimos saboreando de este muy logrado producto de Graffigna.
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