A este paso, nos vamos a enterar de que hay vino arco iris, porque ya tenemos, blancos, rosados, tintos, verdes, azules y ahora (?) NARANJA.
Lo primero para decir es que el vino naranja no nació ayer… En la cuenca del Cáucaso, unos seis mil años antes de Cristo, los «winemakers» de esa época ya lo hacían.
Lo segundo, y obvio, es que no intervienen las naranjas en el proceso.
Si bien el origen es caucásico, hoy se elabora vino naranja en lugares tan dispares como California, Eslovenia, Italia, Nueva Zelandia…
Y el vino se hace con uvas blancas, que se dejan macerar con la piel y semillas intactas. Esto justifica el color y cuanto más tiempo pasan fermentando en este estado, más naranja se vuelve.
Entonces, ¿se parece a los blancos o a los tintos?
Quienes lo han probado, dicen que la estructura es robusta y compleja, similar a los tintos; con notas cítricas, de madera y de frutas secas. Con acidez marcada y cargado de taninos.
El maridaje recomendado es muy variado y puede combinarse con carnes rojas, salmón y comidas propias de lugares tan variados como la India, Etiopía, Marruecos.
Será cuestión de conseguir una botella y probarla.
Agregar comentario