Solemos acostumbrarnos a hablar solamente de las variedades de uva que producimos en nuestro país, Argentina, dejando de lado interesantes ejemplares que se cultivan en otras partes del mundo. Y al desconocer en parte esto, nos privamos de repente de buscar un vino con otro varietal. Es verdad, a veces no los  conseguimos en nuestro país, pero con tan solo desplazarse a nuestros países vecinos, podemos descubrir excelentes vinos y diferentes a lo que estamos acostumbrados.

Esto ocurre, con la Garnacha o en francés Grenache.Su nombre científico es Vitis Vinífera Grenache, aunque cuando degustamos un vino es bastante poco probable que pensemos en el nombre genérico.

Hacía mucho tiempo que había escuchado hablar de esta cepa, la cuál ya me había generado curiosidad y fue así que en la búsqueda de ella, me sorprendieron un almuerzo ofreciéndome un vino Garnacha.

Debo confesar que todo lo que había oído fue poco. Si bien no es una variedad intensa sino por el contrario una uva ligera, muy frutada y fresca que nos da un vino muy amigable, tuvo el impacto de lo nuevo en mi paladar. Habrá sido el momento, o beberlo en compañía de amigos o simplemente la novedad pero me dejó esas ganas de beber con más frecuencia un Garnacha.

No voy a entrar en la descripción de sus cualidades técnicas pero si se que al beberlo por primera vez, sus uvas me recordaron el sabor de uva de mesa moscatel….la cuál amaba desde niña.

“Si es buena, es adictiva”, subraya Juan Cacho, catedrático emérito de Química Analítica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, fundador del Laboratorio de Análisis del Aroma y Enología (LAAE).

Y como para dar idea del movimiento que se está produciendo en Europa, un concurso internacional dedicado a ella se celebra desde hace tres años en Perpiñán: Grenaches du Monde.

Espero con esto haber despertado la inquietud de salir a buscar uno de estos vinos. Si te sirve te paso el dato de que en Chile se consiguen algunos muy buenos de esta variedad.