Llegó el 21 de septiembre, cambio de estación y en el hemisferio sur, nos toca nuevamente la primavera, con los pajariiiitos, las florciiiiitas y todo aquel paso de comedia que hacía el cómico Mario Sánchez.
Para el caso del vino, podemos decir que es el comienzo del ciclo vegetativo en nuestro país. Durante los meses de agosto, septiembre y octubre, la planta irá mostrando diversas facetas. Es el momento en el que crecen los brotes. Aparecerán las primeras yemas, la floración y los frutos.
En poco tiempo se ven que estos frutos son verdes y duros. Si los probásemos sabrían muy ácidos.
Climatológicamente hablando, para los enólogos es el momento del riesgo de las heladas tempranas (los agrónomos hablan de heladas tardías en esta fecha. Unos miran el fruto, los otros el momento de la estación).
Irán pasando los meses, y más cerca del verano, ya en noviembre, diciembre y enero, llegará el momento de la fructificación de la planta.
Es el momento de mayor transformación del fruto.
Tiene lugar lo que se conoce con el nombre de «envero», que es el cambio de color de la uva. Antes de que se produzca el envero, el equipo ya tomó la decisión del raleo, que es la poda y selección de los racimos que quedarán en la planta y servirán para hacer el vino.
Es en este momento en el que se forman los azúcares y todos los componentes organolépticos del fruto.
Ahora es cuestión de tiempo hasta que llegue la maduración y el momento de la cosecha.
Es al final del verano, en los meses de febrero, marzo y abril, cuando el fruto llega a su madurez, y se realiza la cosecha.
Según el tipo de vino que se busque, se cortarán los racimos en febrero (vinos más ácidos) o en abril (vinos más dulces). Lo mismo ocurre con las uvas blancas y las tintas.
Con la llegada del otoño comienza la caída de las hojas y el ciclo entra en el estado de reposo hasta la próxima primavera.
En los meses de mayo, junio y julio, la planta ingresa en el período de reposo invernal.
Es el momento adecuado para realizar la poda.
También se hacen los trabajos de adecuación de suelos para la próxima campaña.
En estos meses, las vides pueden soportar temperaturas bajo cero.
Con los primeros calores primaverales, el ciclo comenzará nuevamente.
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