Noticia publicada en el Telegraph el pasado domingo 7 de febrero: El «mejor chef del mundo se suicidó y era víctima de una red de corrpución relacionada con el vino por 1 millón de libras esterlinas».
La estafa consistió en vender botellas raras a precios que van desde las catorce mil hasta las veintisiete mil quinientas libras. El envío nunca llegaba al restaurant.
Investigaciones posteriores demostraron que esta red había vendido las botellas a tres o cuatro diferentes postores.
La empresa que vendía las botellas se declaró en quiebra el 30 de noviembre último, y el impacto de la pérdida para el restaurant puede superar el millón de libras esterlinas.
No deja de sorprenderme la creatividad de algunas personas para construir día a día nuevas formas de estafas.
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