Deportes extremos. Crossfit. X-games. ¿Pensaste que no ibamos a tener vinos extremos?
La Cordillera de los Andes presenta muchas particularidades. Antes del plegamiento que la constituyó había una superficie fértil, pero cuando «chocaron las placas» y se levantó una pared que llega a los casi 7.000 mts. de altura hasta quedaron atrapados animales marinos -y agua salada- entre la cordillera y el resto del continente.
La pared contiene los vientos húmedos del Pacífico y el este, sólo recibe las lluvias del este (escasas) y el deshielo de los Andes. Una de las características de nuestros vinos es que no sobreabunda la humedad.
En el Norte del territorio, hay terrazas a diversos niveles de altura. Tal como el desafío de los aviadores es más alto, el de los montañistas es similar. Las bodegas están adoptando el concepto y desde hace una década, estamos disfrutando vinos provenientes de alturas que superan los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Incluso una de ellas está experimentando a 3.100 m. s. n.
Los seres humanos ya sufrimos los efectos de la hipoxia a ese nivel, pero las uvitas adoptan características diferentes. El frío de la altura y el calor del sol tropical durante el día, hacen un contrapunto interesante con los fríos extremos de la noche ausente de humedad.
Por ahora las variedades elegidas son el cabernet sauvignon, el malbec y el sauvignon blanc. Como siempre, son para tener en cuenta.
Un dato más para buscar en la etiqueta y al cual estar atento.
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