Nos ponemos en situación. La botella más barata, 500 libras esterlinas. Una venta online por 48.000 euros. Más de treinta contenedores. Y con todo eso, ¿quién necesita robar un banco?
Si te ofrecen algún «vinito» de Romanée-Conti o DRC Echezeaux de origen poco pristino, puede ser uno de los ejemplares robados en Le Havre, al norte de Paris. Estaban destinados a Canada. Son de la cosecha 2012, que se venden a unas nueve mil libras esterlinas por botella.
Fueron despachadas desde Francia el 14 de octubre. Se suponía que debían llegar a Ontario en noviembre, y fue entonces cuando la oficina gubernamental canadiense declaró que se extraviaron 31 contenedores con botellas.
En Versailles y en Dijon, la policía pudo capturar a impostores que declararon conocer a alguien que sabía del destino de los vinos.
Al robo, también le podemos sumar las falsificaciones que registra la industria con los vinos de alta gama. Desgraciadamente es algo que va creciendo en los últimos años.
Veremos cómo se resuelve finalmente el enigma.
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