Recientemente, una noche de semana salimos a cenar en familia. Y si bien nos gusta cenar con vino, en esta oportunidad decidimos que solo beberíamos una copa de un buen vino ya que una botella para ese momento sería demasiado.
En primer lugar , como es habitual (lo hacen en todos los restaurantes) el mozo nos sirvió el vino antes de incluso haber ordenado los platos. Con lo cual nos obliga a beberlo antes de que la bebida suba su temperatura y además, lo peor, es que ese vino no llega hasta el momento que trae los platos elegidos.
Pero nuestra verdadera decepción fue ver que nos sirvieron apenas una altura aproximada de 2 cm, para una copa que según medimos, tenía 12 cm de altura.
En ese momento en el que todos nos miramos pensé: ¿hasta donde nos tienen que servir la copa?
Buscando información y consultando con especialistas en servicio de vinos, la respuesta casi unánime fue: «hasta el ecuador de la copa». (algo que está bastante estandarizado y popularizado).
Ahora bien, estas copas, no tenían ecuador. Por su moderno diseño eran copas rectas desde la base hasta el borde superior.
El cálculo «a ojo» la copa contenía un 20% de su volumen para un volumen de capacidad máxima de 450 ml. O sea, nos habían servido algo así como 90ml de vino. Quizás 100.
Lo cierto es que la «sensación» fue que el vino fue escaso.
Pero más allá de lo anecdótico, lo que hemos querido rescatar es con «rigor científico» hasta donde nos deben servir la copa cuando hemos decidido pedir solo esa medida .
Como lo mencionamos más arriba, la medida más extendida es la de servir hasta el ecuador de la copa, o sea donde la copa tiene su punto más ancho.
Pero como vimos, algunas copas ya no tienen ecuador.
Otra de las respuestas fue, contundente: 150 ml , lo que permite al dueño del lugar hacer rendir una botella en 5 copas. Lo cuál aventuro un poco difícil de concretar, salvo que el restaurante ya tenga medido «a ojo» esa cantidad según el tamaño de la copa que utiliza.
Para los amigos chilenos especialistas en el tema para disfrutar el vino con la comida, debería servirse entre 150 a 180 ml. Visualmente es una tercera parte de la copa.
Y por último, una de las respuestas más «universal» ya que vino de sommeliers de Europa, fue: «es que hay unas cantidades para cada tipo, tintos de distinta categoría, blancos, generosos y espumosos», lo que hará que la copa se disfrute más y se despliegue todo el potencial del vino que estamos bebiendo. Pasando en limpio, si es un vino tinto joven se debe llenar hasta la mitad. Si es un vino tinto con más cuerpo, o de guarda la copa se llenará hasta un tercio de su contenido ya que necesitamos que el vino se airee en el recipiente, desplegando todos sus aromas y sabores, agitando suavemente el líquido sin que corra peligro de derramarse. Y por último si es un vino blanco la copa la suelen servir hasta 3/4 de la copa.
Todo lo anterior mencionado se corresponde a la medida del vino cuando lo pedimos «por copa».
Quedan exceptuadas de estas reglas cuando es un menú de pasos que acompañan distintos vinos, donde por regla la cantidad servida debe ser necesariamente menor.
Quizás una buena idea sería la de tener las copas con una pequeña marca hasta donde servirán el vino sin equívocos cuando el mismo no sea solicitado por botella.
Esto último también existe en Europa.
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