Hoy se dio a conocer la noticia que entre 2008 y 2017 cayó 37% la superficie cultivada con uva Moscatel de Alejandría en Argentina. En San Juan el descenso fue de 41,9% siendo la provincia que más produce mientras que en Mendoza disminuyó 20,6%. Hoy el total de superficie cultivada en todo el país representa el 1% del total.
El informe no revela las causas pero quizás las mismas pueden encontrarse en el informe que el INV- Instituto Nacional de Vitivinicultura- publicó en el mes de noviembre de 2017, que puso números a un proceso que productores, gobierno y consumidores advertían que se venía produciendo desde hace algunos años: la lenta pero constante disminución de la superficie cultivadas de uvas criollas en beneficio de plantas de origen europeo. Mayormente se trata de uvas tintas y, fundamentalmente, de la cepa estrella del país, el malbec.
El estudio pone cifras precisas a una tendencia que comenzó con fuerza en la década del `80 y se profundizó en el último cuarto de siglo. La progresiva implantación de varietales permite producir vinos de mayor calidad en desmedro de las variedades criollas, que no tienen demanda internacional.
Esa tendencia es clara, al mismo tiempo que se registra un fuerte incremento de la superficie dedicada a cepas de alta calificación vínica, las variedades criollas han perdido un considerable terreno pese a que aún representan un porcentaje importante del total.
Pero ¿ es la Moscatel de Alejandría una uva criolla?
La respuesta de rigor científico es NO. Pero recientes estudios indican que Moscatel de Alejandría es uno de los «progenitores» de la mayor parte de las variedades autóctonas de Argentina. Fue una de las primeras que ingresaron a Argentina, hace más de 500 años y una de las más importantes de San Juan durante décadas en el mercado interno para consumo en fresco junto con otras variedades de Moscatel. Es una variedad considerada de triple propósito pues se destina a consumo en fresco, preparación de pasas de uva y elaboración de vinos y mostos.
Como su nombre sugiere, se cree que esta variedad es originaria de Egipto y fue diseminada posteriormente por todo el Mediterráneo por los romanos, con la denominación de Muscat Romain que adquiere luego en algunos países del viejo continente.En la actualidad la mayor superficie de esta variedad se encuentra en España, aunque solo la mitad de estas hectáreas se destinan a vino. Es la variedad principal en las D.O. de Málaga y Valencia, además de tener gran importancia en Australia y Sudáfrica.
En Chile, Argentina, Perú, Colombia y Ecuador cuenta con poca superficie. En algunos de estos países se la usa para la elaboración de pisco por ser una variedad de uvas muy aromáticas. Se la cultiva en países del medio oriente como Israel, Turquía y Túnez principalmente para consumo como pasas.
Lo cierto es que, y volviendo al punto principal las ventas de vinos varietales con presencia de la variedad Moscatel de Alejandría representaron el 0,2% de ese total el año pasado.La participación de vinos Moscatel en el volumen total de varietales exportados ha disminuido desde 2008. En ese año representaron el 0,3%, mientras que en 2017 fueron el 0,01%. El principal destino de los vinos varietales Moscatel en 2017 fue Estados Unidos y en segundo lugar Brasil. En menor proporción figuran Uruguay, China, México, Japón, Bolivia y Peru.
Retomando el análisis, la disminución del cultivo de Moscatel de Alejandría podría estar corriendo la misma suerte que su progenie: el retroceso de hectáreas cultivadas en pos de los varietales demandados en el mercado internacional. Y, a pesar de no ser en esencia una uva criolla estaría perdiendo atractivo para los viticultores argentinos pese a todos los esfuerzos que ha realizado el I.N.V a los efectos de rescatar su valor, cuando la incluyó en el listado de cultivares aptos para elaborar vinos de calidad con derecho a Indicación Geográfica (I.G.) en el año 2017.-
Agregar comentario