Nuevamente nos encontramos con una pila de sentimientos encontrados este 24 de diciembre. No es como hasta 2019, cuando la fuerza del encuentro, superaba la congoja por los ausentes. Gracias a Dios tampoco es como en 2020, cuando todo parecía no tener final, nos faltaba mas gente y ni siquiera nos podíamos abrazar.

2021 nos volvió a regalar los abrazos.

Uno de los activos mas valiosos que tenemos (o creemos tener), es el tiempo. el mismo tiempo que no se puede acelerar ni atrasar. Como leemos en el libro del Eclesiastes (3:1-8):

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:

un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado;

un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;

un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;

un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;

un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;

un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar;

un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.

Otro año esperamos, deseamos, pedimos, que se produzca nuevamente el Milagro de los Milagros, el nacimiento de Dios entre nosotros. Porque lo necesitamos. Porque confiamos. Porque es la promesa de la Vida. En el fondo, porque es donde nos encontramos todos, al menos una noche y sentimos que no estamos solos. Porque hay alguien al lado nuestro, aunque se encuentre en la otra punta del mundo, que levanta su copa y unimos nuestros sentires.

Hoy alzamos nuestra copa por Vos.

Llenos de la esperanza que nos da la palabra de Dios en los Salmos (126:5)

Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones.

Y como regalo de Navidad, cosechando entre canciones, compartimos a Jairo y Baglietto en este temazo dedicado a la Sagrada Familia, sobre todo al silencioso San Jose.

Muy feliz Navidad