En los últimos 10 años, el vino blanco en Argentina ha perdido participación. La vitivinicultura de nuestro país se ha concentrado en los vinos de color y los blancos año tras año van reduciendo su porción en la torta.
Esta información se desprende de los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura donde muestra como ha sido el comportamiento de las uvas y los vinos blancos desde 2009 al 2018.
Superficie con uvas blancas
En la década, la superficie implantada con uvas blancas ha variado levemente su participación. De un 25% que ocupaba en 2009 pasó a concentrar el 21% en 2018. Sin embargo, ha mostrado una tendencia a la baja constante, ya que todos los años se ve una leve reducción de hectáreas. El año pasado la superficie de blancas fue de 47.170 hectáreas.
Con una participación del 22% sobre la superficie cultivada con uvas blancas, la variedad Pedro Giménez es la que tiene mayor preponderancia. Le siguen en importancia de superficie el Torrontés Riojano (17%) y el Chardonnay (13%).
De las 10 principales variedades blancas, solo el 39% corresponde a uvas destinadas a la elaboración de vinos blancos varietales.
Cosecha de blancas
Como era de esperar, el comportamiento de las uvas blancas en la cosecha ha sido similar al de la superficie implantada. Mientras en 2009 estas uvas concentraban el 25% de la vendimia con 5,5 millones de kilos, el año pasado la cosecha reportó 5,2 millones de kilos, pero en el total de uvas eso significó una participación del 20%.
Exportación de vinos blancos
Las exportaciones de vinos blancos reportaron el año pasado 117 millones de dólares (14% más que el año anterior) por el despacho de 85 millones de litros. Esto significa que el 30% del volumen de vino exportado en 2018 fue de vinos blancos, en tanto que en valor la participación sobre el total fue del 14%, lo que está explicado por el crecimiento de los despachos de vino a granel, cuestión que redujo el precio promedio del litro de vino blanco.
El comportamiento en los últimos 10 años fue dispar, con tres saltos importantes en 2011, 2012 y 2015 cuando ingresaron 179 millones de dólares, 205 millones de dólares y 145 millones de dólares, respectivamente; pero a partir de ese momento, todos los años, hasta 2018, las ventas al exterior mostraron caídas, hasta que el año pasado hubo un leve repunte impulsado por la venta de graneles.
Si analizamos las exportaciones según el grupo de envases, vemos que la mejora en la facturación se dio en los años en que creció la participación de los envíos de vino a granel. Cuando el vino blanco a granel ha mostrado una participación cercana o por encima del 20% del total (versus el 80% de vinos fraccionados, especialmente en botella) las exportaciones han mostrado un crecimiento con relación al año anterior, tanto en volumen como en facturación.
Y 2018 no fue la excepción: el crecimiento de la facturación del vino a blanco a granel fue extremo, con un 294%, mientras que el vino fraccionado cayó -2%. Ese fue el motor del crecimiento de toda la categoría, ya que el aumento de los ingresos de dólares el año pasado por exportaciones de vino blanco creció en total 14%.
En cuanto al volumen exportado, la participación en la última década ha sido oscilante. El año pasado el 66% del vino blanco salió del país a granel pero, sólo para dar un ejemplo, en 2017 el volumen de granel blanco exportado solo llegó al 17%.
Los 28 millones de litros de vinos blancos fraccionados que se exportaron en 2018 reportaron poco más de 95 millones de dólares. Chardonnay (39% de participación) lideró los despachos en este tipo de envase, le siguió el Torrontés Riojano (15%) y luego Sauvignon Blanc (12%). Pinot Gris, Chenin, Viognier y el resto de las variedades concentraron el 34% restante.
En cuanto a los destinos que prefirieron nuestros blancos fraccionados, sobresalieron EEUU (14%), Países Bajos (11%), Canadá (9%), Brasil (9%) y Reino Unido (8%). En tanto que los graneles fueron a España (35,85%), Sudáfrica (22,27%), Canadá (7,01%), Estados Unidos (6,89%) y Rusia (5,52%).
Precio promedio
El precio promedio de las exportaciones de vino blanco ha sido históricamente inferior al del vino tinto. Para el año 2018 el valor del litro exportado de vino blanco fue de U$S 1,36 en tanto que el tinto se exportó a U$S 3,84/litro.
Si hacemos un análisis por envases, vemos que en el período bajo estudio (2008-2018) el precio promedio de las exportaciones de tintos fraccionados fue siempre superior, variando entre un 11% y un 30% por encima del precio del blanco.
En el caso de los graneles la relación es inversa. El precio del litro del granel blanco ha sido siempre superior al del tinto con excepción del año 2017.
Mercado interno
En el mercado interno, las preferencias hacia el consumo de vino blanco también caen. Los despachos cayeron en 2018 un -11% con relación al año anterior, con 2 millones de hectolitros. El pico máximo en la década se produjo en 2010 cuando se despacharon 2,6 millones de hectolitros para el consumo interno.
Los vinos blancos representaron en 2018 el 25% (209 millones de litros) del total de los vinos despachados al mercado interno (840 millones de litros).
El 51% de los vinos blancos salió al consumo del mercado interno en envase multilaminado (Tetra Pak), el 45% en botella, mientras que el 3% fue despachado en damajuanas. Comparando esto con los despachos de vinos tintos vemos que el 58% de los mismos sale en botella, 38% en envase multilaminado y 4% en otro tipo de envase.
Fuente: Observatorio vitivinícola
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