Leí el título de la noticia, y me vino a la mente la imagen de mis abuelos podando sus plantas. Le ponían un cuidado muy especial. Miraban, giraban alrededor de la planta, calculaban, parecía que tenían instrumentos de medición en la vista. El corte lo hacían preciso, de un movimiento, y una vez realizado, le hacían una caricia a la rama. No habían ido al INTA, era todo tradición de generación en generación. En varias casas de nuestra familia, aún persisten esas plantas.
Este concurso es menos emotivo que lo que acabo de transmitir, pero no por eso menos importante. Por séptimo año consecutivo, la firma BAHCO, proveedora de excelentes herramientas de poda, realizó concursos provinciales en Salta, La Rioja y la Patagonia; para que sus ganadores, compitan en la Edición Nacional, en Bodegas López, en Mendoza.
El nombre de la empresa, no es una adaptación sueca del nombre del dios del vino, Baco, sino las iniciales de Berndt August Hjorth & Co. – BAHCO-. La empresa reconoce a la poda de la vid como un arte, y precisamente quiere incentivar a estos artistas, para que desarrollen más aún su destreza, aunada a la pasión que naturalmente tienen por su trabajo.
Anualmente rota la bodega en la que se realiza el concurso, y como dije más arriba, fue el turno de la increíble Bodega López, en Maipú. Imagino el doble orgullo de los podadores, de dedicarse al cuidado, aunque sea por un día, de esas vides decanas de la vitivinicultura argentina.
Para seleccionar a los ganadores se evalúa la velocidad al momento de podar, en combinación con la calidad y lo prolijo del corte. También se consideran la limpieza del tronco y del alambre, el largo y la forma del corte y la renovación. En esta oportunidad, fueron los encargados de emitir su juicio, los ingenieros Ignacio Galarraga, Gustavo Aliquo y Anibal Catania.
Para tener en cuenta el año próximo, sabiendo que el público en general, puede compartir un día diferente en la viña, aprendiendo las nociones básicas directamente de los expertos.
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