La semana pasada, cuando aún no se había anunciado el nuevo paquete fiscal que caería sobre productores y asalariados, publiqué mi total descontento con la estructura fagocitadora de recursos que tiene el Estado Nacional, y por réplica los estados provinciales y municipales.
Profundizando algo más en la industria vitivinícola, hay trabajos realizados por el OVA y otras instituciones de la provincia de Mendoza, que muestran a las claras las dificultades del sector.
En 2017, la carga impositiva tradicional –expresada como carga nominal en relación con los ingresos por ventas- representó un 11,8% para la empresa. Los investigadores Alejandro Trapé, Juan Pott Godoy y Carlos Schestakow, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo, midieron un indicador más realista y complejo; expresado como carga impositiva nominal en función del excedente de explotación. Este indicador arrojó, para el sector conjunto, un impacto del 57,7%: siendo el impacto del 63% para bodegas pequeñas y del 65,4% para bodegas grandes.
Sorprenden algunas cifras. El sector aportó 4.400 millones de pesos en impuestos. El 10% fue por los débitos y créditos bancarios: el más conocido “Impuesto al cheque”. El 37% fue impuesto a las ganancias –que no permite ajuste por inflación, ni expresar la ganancia según los principios de contabilidad generalmente aceptados, sino de una manera “propia”.
Los impuestos contenidos dentro de los costos indirectos de producción, aportan un 27% del total de lo ingresado; esto es, impuestos intermedios. Carga sobre carga. Ineficiencias del Estado con las que tiene que lidiar la empresa, y en el fondo el consumidor.
En números: haciendo una simulación, una bodega pequeña que en 2017 hubiera vendido 38 millones de pesos, obtenía una ganancia de 1.891.000 pesos después de pagar impuestos. Si no se consideran los mismos, la ganancia hubiera sido de $ 5.108.000. Para una bodega grande, los números daban $ 16.800.000 vs. $ 48.649.000.
Se puede. Argentina siempre puede, pero ya es hora de que el mejor equipo de los últimos 50 años, corte con las mega estructuras anacrónicas del Estado y se ponga al servicio de la gente.
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