En la actualidad se ha tornado habitual, y de buena práctica, certificar procesos tanto en la elaboración de productos así como en la producción de servicios, para dar garantía de la calidad de los mismos.
Para que esto ocurra, existen determinados organismos que proveen las normativas a aplicar para cumplir con los requisitos que se requieren para alcanzar determinado nivel de calidad. Un ejemplo de esto es las normativas de IRAM – Instituto Argentino de Normalización y Certificación- al que adhieren múltiples procesos en la Argentina.
El vino por lo visto no es ajeno a estos procesos, y es por eso que el Ministerio de Agroindustria a través de su Secretaria de Valor Agregado decidió crear en el año 2005 el Programa “Alimentos Argentinos una Elección Natural” y su versión en idioma inglés “Argentine Food a Natural Choice» una Marca País que distingue los alimentos y bebidas de Calidad que son producidos en el país, convirtiéndola en el año 2014, en la Ley 26.967.
Esta Ley permite, a través de la Subsecretaria de Alimentos y Bebidas, aplicar a la elaboración del vino argentino, el protocolo de Calidad para vinos. Dicho protocolo define y describe los atributos de calidad para el vino que aspire a utilizar el Sello “Alimentos Argentinos – Una Elección Natural”.
Y ¿qué es un protocolo? Es un documento técnico que especifica un conjunto de requisitos, que deben cumplir los alimentos y bebidas para poder usar el Sello “Alimentos Argentinos”. Dichos requisitos contemplan la normativa nacional e internacional vinculada a la producción de alimentos. Los Protocolos de Calidad contemplan diversas exigencias de los mercados más exigentes.
El objetivo que persigue este documento es brindar a los fabricantes de vino de la República Argentina una herramienta adicional para la obtención de productos de calidad diferenciada. Para ello se basan en la Guía de aplicación de Buenas Prácticas Agrícolas en Viñedos y la Guía de aplicación de Buenas Prácticas de Manufactura y Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control en Bodegas, publicada en conjunto por la Dirección Nacional de Alimentos de la SAGPyA, el INV y el IRAM.
El atributo diferenciador para los vinos será su calidad como vinos varietales, obtenidos directamente de la fermentación alcohólica de la uva fresca y madura, o del mosto de la uva fresca. Su elaboración y crianza deberá ser apropiada para obtener vinos de calidad utilizando prácticas enológicas aprobadas.
La bodega que elabore un vino que saldrá al mercado con el Sello debe asegurarse de mantener sus cualidades estables en el año y repetirlas en el tiempo. Para esto se necesita una buena dotación de vinos base y un excelente sistema de almacenamiento.
La calificación será basada en 3 tipos de atributos: Atributos de producto, de proceso y de envase, debiendo cumplir cada uno de ellos con los estándares de calidad preestablecidos.
Dentro de los atributos del producto se consideran: la variedad, las propiedades físico- químicas, las propiedades microbiológicas y el análisis sensorial.
En cuanto a los atributos del proceso se consideran los englobados en la producción primaria que incluyen: la materia prima, la cosecha y el acondicionamiento y las características de las uvas y por otro lado los contemplados en el proceso propiamente dicho, que incluyen recepción. y control de vendimia, encubado y fermentaciones posteriores, trasiego, almacenamiento en depósitos, la clarificación, el tratamiento por frío, la filtración, la conservación, el fraccionamiento, el control de insumos, las características de almacenamiento y transporte, y la trazabilidad, atributo esencial en todo proceso de calidad.
Y por último los atributos del envase que contempla las botellas, los tapones, el etiquetado y las cápsulas.
El contenido desarrollado de las exigencias en cada atributo a certificar se pueden consultar en www.alimentosargentinos.gob.ar
Al ingresar a la página podemos encontrar el catálogo de productos certificados que cuentan con el sello de Alimentos Argentinos los cuales han debido pasar por un riguroso control de calidad. Pero, a pesar de existir el protocolo para los vinos, no encontramos ningún vino certificado.
El mismo Ministerio cuenta con otros 3 tipos de certificaciones que son: Indicación Geográfica Registrada, Denominación de Origen Registrada y Orgánicos.
En este último sí encontramos vinos de varias bodegas certificadas.
Sería interesante preguntarse porqué aún no hay bodegas que hayan adherido a los protocolos de Calidad del vino.
Seguiremos investigando.
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