Dependiendo de cuánto lo hayas conocido, o la entrevista o nota que leas, podés saber que Carlos Alberto López fue la tercera generación de esta bodega centenaria que lleva su nombre. Que fue el impulsor de Montchenot o de las exportaciones en su bodega. Que fue quien eligió seguir con esos toneles únicos en los que se crían sus vinos, por sobre la moda de la barrica.
También podés saber que tuvo múltiples funciones como miembro del Consejo Económico Mendocino, o directivo universitario.
Sin dudas, un hacedor.
Algunos dirán que tenía un perfil bajo, bajísimo; pero eso no le impedía tener contacto con la gente y un gran compromiso social. Será de familia.
Y Carlos Albertó formó su familia con María Isabel, y ambos tuvieron cinco hijos: Alejandra, Carlos, Eduardo, María Isabel y Virginia. Y si no tuviste la suerte de conocerlo personalmente, conociendo a sus hijos podrás dar fe de esa ley no promulgada que dice que «los conocerás por sus frutos».
Carlos partió esta semana, muy luctuosa para la vitivinicultura mendocina, dejandó en las manos de Carlos (h) y Eduardo, la cuarta generación familiar, continuar con el Estilo López. Desde acá, nuestro cálido abrazo a toda la familia, en esta hora tan dificil.
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