Ocurre que esta semana Tim Atkin habló de los vinos argentinos, y cada vez que habla, pareciera que descubrimos lo que tenemos frente a los ojos. Además de los más de mil quinientos vinos «testeados» y «puntuados», habló de tres enólogos y nombró como «Leyenda» a Mariano Di Paola. No es ningún descubrimiento de Tim, es casi como decir que descubrió la pólvora, Mariano hace rato que es leyenda, y en esto Decanter le ganó de mano; pero los que probamos sus vinos no necesitamos que vengan a explicarnos los motivos de las elecciones.
Formalmente diremos que Mariano es desde 1993 el enólogo principal de Rutini Wines, que hace vinos sofisticados, que camina cada lugar de la bodega – por supuesto que la plantación la conoce de todo a todo -, que se apasiona con su trabajo, que busca innovación y aprendizaje en todo.
Esto y mucho más lo podemos leer en cuanta publicación encontremos.
Lo que quiero rescatar hoy es el Mariano que yo conocí. Esa persona que dejó una mega reunión que tenía para dedicarme tiempo, presentarme a su equipo y la bodega y hasta ofrecer empanadas recién hechas para acompañar el vino. Orgulloso de la forma en que lo dejan trabajar en Rutini, de su equipo -al cual elige personalmente y muchas consultoras de RRHH deberían aprender cómo gestionar una entrevista laboral -, ávido de saber y conocer, atento a las novedades locales e internacionales. Innova, desarrolla, inventa y te da a probar un Merlot extraordinario, o un blend que te vuela la cabeza. Le dedica un vino a su madre y trabaja con su hijo en la bodega. Ah… y otro detalle… cuando te cruza fuera de la bodega, también se detiene para saludarte y saber cómo estás y como van tus cosas.
Tim Atkin descubrió la pólvora: Mariano Di Paola es una leyenda. Nosotros felicitamos a Tim por descubrirlo, pero a Mariano hace rato, mucho rato, que lo disfrutamos.
Desde aquí un gran abrazo a Mariano, y espero vernos pronto.
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