El término se asocia a vinos de alta gama, y suena razonable que así sea.
Las bodegas pueden hacer vinos con uvas de viñedos propios, o de terceros, o una combinación de ambas.
Cuando una bodega compra viñedos en diferentes lugares geográficos y comienza a controlar la uva que proviene de cada uno, puede producir vinos de cada viña o bien, hacer lo que se conoce como un blend de terruños -aunque técnicamente también pueden ser blends de cepas, plantadas en diferentes locaciones-. Para los vinos que la bodega obtiene de sus propios viñedos, pero de diferentes locaciones es que se se utiliza la expresión “Estate Wine”.
Si en cambio toman la decisión de hacer vinos con uvas que solo provienen del mismo terruño y de la misma finca, es que se utiliza la etiqueta de “Single Vineyard”.
No son terruños cualesquiera. Son expresiones propias del lugar. El suelo, la geografía, el clima, proporcionan características únicas a un grupo de vides privilegiadas. Sea por la edad de la planta, el crecimiento controlado, el rendimiento sobresaliente de esos ejemplares; el cuidado que la bodega le brinda permite que estos vinos tengan una identidad propia y bien definida. Al degustarlos explotan la máxima potencialidad de esa cepa en este terroir y son los más valorados de parte de los consumidores más exigentes.
Son únicos. Llevan su impronta grabada. Son lo que la finca quiso remarcar. Son esos vinos que abrimos cuando nos queremos disfrutar de algo realmente diferente.
Cuando se te presente la oportunidad, disfrutalos. Son simplemente para saborearlos hasta la última gota.
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