Recientemente un amigo chileno me obsequió un vino pipeño recalcando que no podía dejar de probar un vino típico chileno.
En algún momento posterior con otro grupo de amigos surgió la anécdota del «vino pipeño», a lo que siguió la pregunta casi inmediata: ¿Qué es un vino pipeño?
Reconociendo que no está tan popularizado en Argentina el término, me limité a describir lo que conozco del tema más alguna investigación que realicé sobre el tema.
El vino pipeño es un vino tradicional chileno elaborado con uvas que no son tan nobles, como país y moscatel de Alejandría (la uva país es genotípicamente igual a la uva criolla de Argentina, uva Misión en México y Estados Unidos y a la Listán Prieto de España). Antiguamente era considerado el vino de los campesinos. Dicho vino surgió en el siglo XVIII, manteniéndose como vino marginal hasta hace muy poco tiempo.
«En los últimos años, esta tendencia comenzó a revertirse. La coctelería dio un primer paso al crear, a partir del pipeño, un trago de gran popularidad en Chile: el «terremoto», bebida elaborada a partir de este vino, helado de piña y fernet u otro bitter, edulcorante o destilado. Según las tradiciones orales, este cóctel surgió en oportunidad del terremoto de 1985, en algún restaurant tradicional de Santiago. Desde allí se difundió al resto del país, con gran aceptación entre los jóvenes» – cuenta el historiador Pablo Lacoste en una investigación realizada en «Historia de un vino típico del sur del valle central de Chile».
Su nombre proviene del recipiente en el cuál se elaboraba: la Pipa, un barril de madera que se empleaba en España de forma vertical y no horizontal lo que le daba aspecto de pipa. En Chile era realizado en madera de alerce o roble chileno (Raulí), a diferencia de España donde se elaboraba con roble europeo.
«La evidencia documental muestra que las primeras pipas se comenzaron a usar en la zona sur del Valle Central, en particular en las inmediaciones del valle del Itata. Concretamente, uno de los registros más antiguos corresponde a la Hacienda Cucha Cucha, propiedad de la Compañía de Jesús. En efecto, con motivo de la expulsión de esta orden religiosa, al levantarse los inventarios de bienes de las temporalidades se detectó, precisamente, una pipa con sus arcos de fierro»– continúa explicando en su investigación el historiador Pablo Lacoste.
En esa época la elaboración del vino era completamente artesanal. Su elaboración aún hoy se caracteriza por un período muy corto de fermentación y su posterior permanencia en las pipas. Una de las características de estos vinos es la falta de filtración, motivo por el cual adquiere un color burdeo turbio, en el caso de los tintos, y otro que va del marrón intenso al amarillo opaco en el caso de los blancos.
Ya en el siglo XIX el vino fue perdiendo su prestigio por los europeos que lideraban opinión en Chile y que quitaban mérito al vino local y sobrecalificaban al vino estilo francès. El desprestigio era debido a sus uvas y a su elaboración.
«El pipeño ha sido, a lo largo de la historia de Chile, parte importante de la vida social en los sectores populares del Valle Central. Es el reflejo del esfuerzo de los pequeños propietarios, que han mantenido encendida la llama de la tradición y la cultura de la vid y el vino en torno a paisajes cargados de cepa País y Moscateles. Esta bebida se reconocía como parte indispensable del ambiente de fiesta»– refiere Pablo Lacoste.
En la actualidad el vino pipeño ha recuperado su lugar debido al interés de los chilenos por reivindicar el valor de las cepas antiguas, autòctonas de Chile.. En el año 2014, el crítico norteamericano Robert M. Parker, degustó los vinos pipeños de Chile, calificando al Pipeño Aupa con 90 de 100 puntos, la máxima distinción para un vino artesanal.
Y en febrero del 2015, la especialista británica Jancis Robinson, en su visita a Chile, le otorga al Pipeño Cacique Maravilla un total de 16.5 puntos de 20. Este es el máximo puntaje dado por un especialista inglés a un vino artesanal sudamericano.
También Patricio Tapia destacó al vino Aupa con el título de vino revelación del 2014 y los pipeños de Manuel Moraga, Cacique Maravilla cosecha 2012 y Burdeos Pipeño cosecha 2013, obtuvieron, respectivamente, 92 y 94 puntos en la guía Descorchados.
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