Nos resulta interesante dar a conocer eventos relacionados con el vino que se realizan en otros países que no sea Argentina. Sobre todo si esos eventos se presentan en zonas «pintorescas» que más tiene que ver con el turismo que con el vino ya que la zona no cuenta con viñedos. Me refiero a la comuna de Valparaíso, en Chile ( aunque la comuna se encuentra en la Región de Valparaíso, o más comúnmente conocida como V Región, la cuál si tiene zonas de viñedos por excelencia como el caso del Valle de Casablanca

El caso es que desde hace 3 años se realiza la «Valparaíso Wine» una feria de vinos independiente que busca acercar vinos diferentes al público local y extranjero (el cuál es numeroso dado la importancia turística del lugar) sumando a la propuesta stands de comidas típicas, música en vivo, la presencia de los productores y enólogos de los vinos sumado a la bella vista panorámica de Valparaíso.

La entrada permite degustar sin límite los vinos que provienen de viñas reconocidas, viñas de autor y viñas independientes (MOVI: movimiento de viñateros independientes).

Lo cierto es que la oportunidad nos permite descubrir esos vinos difíciles de encontrar en vinotecas y restaurants, por ser pequeñas producciones. Y es precisamente ese el encanto de la degustación, descubrir vinos con identidad, cepas patrimoniales chilenas, diversidad de terroirs, formas de producción diferente y con resultados asombrosos.

La feria reúne todo, clima de fiesta, calidad, variedad, charlas con su gente, y este año además contó con la valiosísima presencia de Mariana Martinez, la creadora y editora de W.I.P (Wine Independent Press) firmando el libro de su autoría: El Vino de la A a la Z y en una cata especial solidaria de vinos íconos a beneficio de las viñas afectadas por los recientes incendios.

Se presentaron en esta edición más de 30 viñas diferentes.

La feria propone también el consumo responsable de alcohol, y como dato extra el público llega al lugar en taxis porque en Chile la tolerancia de alcohol en sangre es «cero». Razón por la cuál no es posible beber y conducir.

Sería interesante que este tipo de eventos se propague a los distintos puntos del país y fuera de el también para brindar la oportunidad de descubrir vinos de pequeños productores que no se dan a conocer tan masivamente con campañas publicitarias o megaeventos y que son muy interesantes desde su historia y su calidad.