Recientemente fuimos invitados a la cena de presentación de los vinos de Familia Mayol: una Garnacha Blanca 2016 de Vista Flores, un Cabernet Franc 2013 Single Vineyard de Valle de Uco, un Malbec 2013 Finca Pircas y un Familia Mayol Malbec Dulce.
Podríamos decir que tuvimos una recepción excepcional con variedad de quesos y fiambres, con minibruschettas variadas o hablar de las exquisitas empanadas. Todo acompañado, como no podía ser de otro modo, de sus excelentes vinos.
O podríamos hablar del Menú degustación minuciosamente elaborado y maridando cada paso con su correspondiente vino en la búsqueda de resaltar los productos.
Y no podríamos dejar de mencionar la cordialidad de Matías Mayol y su esposa Celina, avivando la charla en las mesas con su pasión por lo que hacen. Jóvenes y emprendedores, contagian entusiasmo al hablar y se entiende porqué el espíritu de sus vinos.
Pero no podemos hablar de sus vinos sin antes entender en palabras de Matías Mayol lo que ha significado el legado familiar.
Matías nos cuenta que desde que tiene memoria, el vino acompañó las comidas en la mesa familiar, cuando su abuelo Menotti todos los domingos hacía una gran comida que comenzaba a las 12 del mediodía y duraba hasta las 8 de la noche, donde había siempre mucha gente y nunca faltaba el vino.
Nos dice: «Mi abuelo, Pedro Juan Mayol, inmigrante español, productor de uvas, dedicó su vida al trabajo de la viña. Mi padre, Pedro Mayol, trabajó junto a él como viticultor desde muy pequeño, ya que la finca era el principal sustento familiar. Ambos me transmitieron el gran valor que un viñedo representa, la sabiduría del trabajo y el amor por la tierra».
Agrega Matías: «Para mi el vino es esa pasión familiar que nos hizo emprender con mi padre la búsqueda del mejor terroir para uvas de calidad. Esa pasión que nos llevó hace 25 años a invertir en el Valle de Uco. En el año 1989 adquirimos nuestra primera finca en Tupungato y en 1998 otras dos fincas en Luján de Cuyo y Vista Flores».
Continúa Matías: «Para mi el vino es mi viejo Pedro (Mayol) y mi vieja Liliana (Pescarmona). Con el apoyo de ellos, logré el ansiado objetivo de llegar a producir mis propios vinos. Confiaron en mi y me dieron libertad para crear. Así nació en 2002 la idea de una bodega, que al día de hoy se transformó en una forma de vida compartida con mi mujer y mis hijos».
«Muchos familiares y amigos me inspiraron y ayudaron en todos estos años: mi tía Lucy y mi padrino Enrique que me enseñó a tomar vinos complejos, de esos que uno no toma todos los días pero que me enseñaron lo que uno espera de ellos. Mi hermana Milagros que diseñó las primeras etiquetas y mi hermana Lucía. Y también mi cuñado que tanto insistió en que hiciera un vino dulce hasta que finalmente salió el Familia Mayol Malbec Dulce».
«En definitiva, el vino no lo hago yo. Lo hace la gente. La gente que me inculcó esta pasión, la gente que me estimuló con su ejemplo, la gente que me apoyó en cada momento y hoy es también la gente que planta los viñedos, los que podan, los que cosechan, los que diseñan las etiquetas, los que me venden las botellas, las cajas o los corchos y la gente que vende mi vino».
Por eso escuchando a Matías, y a su historia y entendiendo el espiritu que lo mueve a crear sus vinos logramos completar el cuadro y disfrutarlos desde otro lugar. Desde el lugar que nos transmite quien comprende a la tierra y a su gente y a todos los que de uno u otro modo han colaborado para que sea posible.
Matías también nos agradece a nosotros y nos invita a vivir el vino en compañía, disfrutando los momentos y con eso uno siente que se cierra el círculo.
Matías Mayol sin duda alguna lleva el vino en su ADN. Ya lleva la impronta de una familia dedicada toda una vida al vino.
Y nosotros tuvimos el placer de degustar:
Familia Mayol Garnacha blanca 2016: Una rareza dado la escasez de plantaciones de uva garnacha y en este caso blanca. De los viñedos que la familia posee en Vista Flores, Valle de Uco. Un vino blanco fresco, intensamente aromático al olfato, y frutado al paladar con una ligera untuosidad que perdura en boca.
Familia Mayol Single Vineyard Cabernet Franc 2013 de Valle de Uco: Un 100% Cabernet Franc plantado a 1020 mts de altura. Complejo y de largo final resalta su intensa mineralidad.
Familia Mayol Malbec 2013 de Finca Pircas – Vista Flores cuyos viñedos se encuentran implantados a 1060 mts de altura. Un vino con mucho cuerpo y equilibrado.
Familia Mayol Malbec dulce: Un delicioso final para la degustación de vinos.
Y es verdad, lo decimos a menudo, no es lo mismo degustar un vino sin conocer su historia a conocerlo a través de la historia de su gente. Se disfruta diferente.
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