Cuando decimos este vino es alta gama ¿sabemos bien a que nos referimos?

O para ser más claros: si tuviéramos que pedirle a un amigo que traiga a casa un vino alta gama y no supiera  ¿estaríamos en condiciones de definir como elegirlo?

Se le definiríamos ¿Por el precio? ¿por bodega? O ¿que otras variables utilizaríamos de parámetro? Porque en realidad si nos ponemos a pensar no hay un vino que diga “alta gama»  en su etiqueta.

En Argentina no hay una ley ni denominación que  determine que un vino es alta gama.

A veces se piensa erróneamente que lo determina el precio elevado. Y si bien es algo a tener en cuenta, no es lo único. Y por otra parte, un precio alto ¿a partir de cuanto lo es?

Podríamos decir que ¿es un vino de alta calidad? Y eso es más difícil de determinar, porque lo que puede ser de alta calidad para mí según mi mapa mental, puede no serlo para otro. O ¿como determinamos objetivamente esa calidad?

¿Es el mejor de la bodega? Depende de la bodega, a veces el mejor de una determinada bodega puede no ser el mejor para el consumidor. O a veces el mejor vino de una bodega puede ser peor que el vino más básico de otra bodega.

Entonces podríamos decir para ayudar a definir un vino alta gama, que existen muchas variables que deben confluir para que un vino sea alta gama o Premium. Si nos basamos solo en una de ellas corremos el riesgo de equivocarnos.

Variables a tener en cuenta

1. Materia Prima: En esto estaría interviniendo el tipo de varietal del que se trate, hay cepas que son más escasas que otras o que requieren mayores cuidados o que por su variedad el grano es más chico con lo que voy a necesitar más granos para obtener la misma cantidad de litros de vino (no es lo mismo un Chardonnay que un Pedro Ximenez). Va a influir también el rendimiento por hectárea de esa variedad y el sistema de conducción utilizado: espaldero o parral, puesto que el parral va a permitir “cargar” un poco más de uva que el primero y a su vez los kilos por hectárea de un espaldero van a ser mucho menos que la de un parral. Todo esto va a impactar indirectamente en el precio.
2. Calidad final: en esto va a influir si hubo cosecha manual o mecánica, la primera dará probablemente mejor calidad de vino por mejor tratamiento del grano, pero a la vez el procedimiento encarece el producto. Hay que tener en cuenta si el vino tuvo pasaje por madera, qué madera, no es lo mismo roble francés (más caro) que americano, o barrica de primero, segundo o tercer uso. Los meses de crianza también van a determinar un vino de mayor calidad pero a la vez tenerlo mucho tiempo inmovilizado eleva el costo para la bodega. No es lo mismo un vino con 18 meses en barrica de roble francés de primer uso, que un vino joven que termina de ser embotellado y ya está saliendo al mercado. El vino alta gama está relacionado al potencial de guarda.
3. Reconocimiento local: hay bodegas que por su trayectoria, por el estándar de calidad siempre estable de sus vinos o por la aceptación del público local ganan un reconocimiento que da cierta “garantía” de que el vino será de buena calidad. Y esto es tenido en cuenta muchas veces para considerar a un vino alta gama.
4. Prestigio internacional: esto también influye para determinar un vino alta gama. Ciertas bodegas locales han trascendido la frontera y se han impuesto con éxito en otros países lo que permite hablar de cierta calidad en sus productos.
5. Consistencia de la marca: existen marcas muy impuestas, marcas que hablan por sí solas porque sabemos que nunca nos va a defraudar un producto de determinada bodega. Y eso por haberse instalando en el mercado ya con el concepto de productos finales de alta calidad.
6. Origen o Terroir: hoy esto está influyendo bastante en el concepto de alta gama para un vino. Verdaderamente existen determinados terroirs que le aportan una calidad extraordinaria a sus cepas que son reconocidas por el consumidor como un vino de calidad. Y en estos casos no se puede dudar de un plus para ese producto. Aunque no necesariamente todo vino de ese terroir será un alta gama.
7. Puntajes obtenidos: si bien existen bastantes datos acerca de que el consumidor común no le da demasiada importancia a los puntajes obtenidos por un vino, sí es cierto que puede inclinar la elección frente al estante al momento de elegir. Es un elemento más a considerar para pensar en un vino de alta calidad. Aunque puede haber sido puntuado de muy buena calidad para su segmento y no significa que automáticamente lo convierte en alta gama.
8. Marketing: es la publicidad directa o indirecta que determinada bodega puede generar sobre un producto y que a la vez se va a ver reflejado en el precio. Lo que no asegura tampoco que un vino con mucho marketing sea mucho mejor que otro con menos publicidad. Solo que como es de esperar las acciones de promoción se van a ver reflejadas en el precio final. Vinos de más de $600 pesos ( 40 dólares)  tienen más marketing que adornan al producto vino.
9. Packaging e insumos: Acá estaríamos teniendo en cuenta el tipo de botella, la etiqueta y  el corcho entre otras cosas. Mientras mejor sea un vino mejor estos insumos. Jamás un vino de alta gama tendrá corcho de plástico ni tapa a rosca. Y por lo general la botella es de mayor tamaño y más pesada.  Son atributos que deben ser tenidos en cuenta.
10. Palabras que orientan: algunas palabras que pueden aparecer en la etiqueta y que pueden ser orientadoras para el consumidor son: Premium, Reserva ,Gran Reserva, Ícono, Single Vineyard, Cosecha Especial, Edición Limitada, Pequeñas Producciones.
11. Exclusividad de puntos de venta: los vinos alta gama con seguridad no se los encontrará en supermercados (salvo raras excepciones) puesto que necesitan cuidados de traslado y almacenamiento especiales que no pueden asegurarse en una cadena de supermercado donde su personal no está entrenado para eso. Serán vinos que se encuentren en vinotecas en lugares especiales. Por lo general se encuentran en los estantes superiores de sus cavas. Aquellos lugares más bajos donde uno tiene que agacharse para tomar una botella están destinados a los de precios y calidades más bajos.
12. Precio: y como resultante de todo lo anterior llegaremos a un precio determinado. Que podrá ser medio, medio alto o muy alto, dependiendo del posicionamiento que una bodega desee hacer de su producto. Por eso podemos encontrar valores tan dispares como $500 ( 33 dólares)  pasando por los $1000, $1500 hasta mucho más de $4000.

Pero lo importante del concepto para un vino alta gama es no quedarnos con que es el precio quien lo define.La brecha de calidad en una cata a ciegas pasa a ser mínima entre un vino de $500 y uno de $1500. Pero sí pasa a ser fuerte cuando estamos frente a la etiqueta. Por eso lo mejor es intentar interpretar un alta gama desde lo sensorial, y hacernos la pregunta de si volveríamos a pagar un precio alto por ese vino. Y como consumidores cada uno tiene que hacerse su propio criterio de Alta Gama. No hay mejores vinos. Hay vinos que nos gustan más que otros. Y vinos más complejos o menos complejos.

Con todo lo anterior podemos concluir también porque la mayoría de los alta gama son vinos tintos y sobre todo blends, por la mayor complejidad que implican. Y si bien existen vinos blancos de guarda y con madera, lo cierto es que casi no encontramos al menos en Argentina vinos blancos, rosados o espumantes Alta Gama.

Como consumidor cada uno tiene que elaborar su propio concepto de alta gama. Y el valor en el que sitúa a estos vinos.