Argentina es sin duda una tierra generosa. El clima, la geografía, todos los regalos juntos de la naturaleza.
Hablando de Mendoza, resulta muy dificil disociar las sensaciones. Cuando viajás por la ruta 40, o por la 89, o la 94, o la 92, todo es sorprendente. Si entrás desde el sur, vas a ver los perales y luego los olivos y más allá los viñedos. Tunuyán, Tupungato, Luján de Cuyo, tierras de una riqueza increíble. Parece injusto que sólo se conozca a esta zona por los vinos -increíblemente buenos – porque sus olivos son igualmente extraordinarios.
En medio de este concierto fabuloso de aromas y sabores que es la Cordillera, uno se va metiendo en algo más que comer, vas aprendiendo a reconocer texturas, combinaciones impensadas, ese placer del gusto que se simplifica demasiado llamándolo apenas «maridaje».
Y sí, yo también «compré» que el mejor aceite de oliva es europeo hasta que… ví parte del trabajo que hacen los productores de aceite de oliva mendocinos.
El Oliva es mucho más que solo prensar en frío y la primera prensa.
Es cuidar el terruño, es estudiar, tanto para mejorar el fruto como para capacitar a nuevos sommeliers de aceite – sí, también hay sommeliers de aceite, como los hay de vino, de té o de café-.
También es organizar concursos y trascender el ámbito local. En el próximo mes de octubre, Mendoza será sede de Cuyoliva Internacional 2016, cuyos ganadores contarán con difusión en la cámara italiana y 45 países del mundo.Pueden encontrar más información en el Facebook de la Fundación Seminare, que cuenta también con cursos de sommelier o una prometedora diplomatura en turismo del vino y del olivo – que comienza el 10 de junio-.
El aceite de oliva tiene muchas propiedades que realzan los nutricionistas.
Siempre es un buen momento para comenzar a apreciar de otra manera el fruto de nuestra tierra y el trabajo de nuestra gente, y de paso aprovechar para llevar una vida más saludable.
Agregar comentario