Hace un tiempo, en una entrada anterior comentaba esa costumbre que tiene una pareja de amigos, de andar brindando por el mundo. En ese entonces, y debido a una cuestión de nacionalismo, empezamos por Argentina, pero siguiendo el orden que propone la Enciclopedia del Vino de Luis Torres Melgar Gil, hoy nos damos una vuelta por Argelia.
Situada en el límite septentrional de África, su geografía y climatología le dan a este lugar un espacio perfecto para producir vinos de características opuestas a los europeos, y que luego éstos combinarán para obtener mejores resultados.
Es que la aridez del suelo y la heliofanía presentes en Argelia, produce uvas con mucho más carácter que las que se obtienen de lugares con una pluivometría más elevada y menor exposición solar. Al combinarlos se reduce la acidez y se eleva el contenido alcohólico de estos últimos.
Argelia tiene una variedad autóctona, la Al Farranah, y las «extranjeras» que se cultivan son: Bouschet de Alicante, Cariñena, Chenin, Cinsaut, Cabernet, Garnacha – ¡sí, el del otro día! – Tempranillo y Trebbiano.
Los mejores resultados los obtienen con uvas tintas provenientes de Tlemecen, Mascara, Zaccar, Montes de Tessalah, Alto Dahra, Médea y Aïn-Bessem Bouïra.
Desde aquí, les dejamos la inquietud, y si alguien los ha probado, les agradecemos que nos dejen sus comentarios.
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