Y quien dijo esto fue uno de los hombres más destacados en el área de la química y la microbiología: Louis Pasteur.
Hoy 27 de Diciembre se cumplen 193 años de su natalicio.
Nació en 1822 en Dôle, Borgoña (Francia),
Su trabajo es recordado por sus enormes aportes a la prevención y el tratamiento de enfermedades, permitiendo la creación de vacunas, sus contribuciones a diversas industrias y su base teórica para el subsiguiente desarrollo de las áreas donde trabajó.
Pasteur investigó la causa por la que el vino y la cerveza se agriaban con el paso del tiempo, causando grandes pérdidas económicas a las empresas francesas debido a lo perecedero de estos productos.
Estudió el problema que afectaba a las viñas y con ayuda del microscopio descubrió que, en realidad, intervenían dos tipos de organismos: una levadura y una bacteria de la familia acetobacter que eran la clave del proceso de fermentación. La primera producía alcohol y la segunda ácido acético que agriaba el vino produciendo vinagre.
De este modo quedó demostrado que las fermentaciones lácticas y alcohólicas tienen diferentes fermentos poniendo de manifiesto los gérmenes que causan las enfermedades del vino.
Pasteur utilizó un nuevo método para eliminar los microorganismos que degradaban el vino o la cerveza: después de almacenar el líquido en cubas bien selladas se elevaba su temperatura hasta los 44 °C durante un breve periodo de tiempo. Comprobó experimentalmente que las poblaciones de bacterias del género Acetobacter se reducían en extremo hasta quedar «casi esterilizado» el alimento. A pesar del horror inicial de la industria ante la idea de calentar el vino, un experimento controlado con lotes de vino calentado y sin calentar demostró de forma contundente la efectividad del procedimiento. Con posterioridad, Charles North aplicó con éxito el mismo método de Pasteur a la leche en el año 1907.
Pasteur dio el primer paso en el que sería este nuevo método, denominado posteriormente «pasteurización» en su honor, y lo fue aplicando a otros alimentos líquidos. Este proceso se aplica hoy en día como norma de higiene en muchos procesos básicos de la industria alimentaria y proporciona una garantía de la seguridad de muchos productos alimenticios de manera eficaz en todo el mundo.
Louis Pasteur falleció el 28 de septiembre de 1895 en Villenueve-L’Etang.
En su lápida se leen sus palabras: Feliz aquel que lleva consigo un ideal, un Dios interno, sea el ideal de la patria, el ideal de la ciencia o simplemente las virtudes del Evangelio.
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