Treinta y ocho millones de hectolitros de vino.
Siete mil quinientos metros cuadrados (una cancha de fútbol profesional).
El ochenta y cinco por ciento de la oferta mundial de vino se comercializa en esas condiciones, en Amsterdam, en el Palacio de Exposiciones, donde tuvo lugar la World Bulk Wine Exhibition.
Más de doscientas empresas de diecinueve países se dieron cita para dar a conocer sus productos. Porque lo que ocurre es que además de vino a granel, en esta expo se cierran también acuerdos de embotellamiento en orígen o en destino.
Se manejan precios que oscilan entre 0,30 y 0,90 euros por litro, siendo ese el principal problema, el bajo precio de comercialización, dado que la vendimia no espera y hay que hacer lugar en los recipientes.
«España es el país más importante que vende vino a granel, porque otros grandes productores como Italia, Francia, o Argentina en América, tienen un gran consumo interno. Pero ha sido proveedor, no vendedor. Cuando vendes, fijas el precio, pero cuando eres proveedor te sometes al precio que te marcan. Esta feria, ha cambiado eso», opina José Peñín. No solo ha beneficiado al productor español, también al de otras zonas del mundo como Moldavia, Lituania, Kosovo o Malasia, que ven en esta muestra no solo un negocio, también una oportunidad de hacerse un hueco en el mundo del vino.
Otra oportunidad para la próxima expo.
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