Casi todas letras O en el título, que tienen que ver con el símbolo del oxígeno que está muy presente en estos compuestos químicos.
Los sulfitos son sales que surgen de la combinación del ácido sulfuroso con otras sustancias. Por el hecho de ser sales, preservan al medio de la oxidación. Esto lo convierte en un poderoso conservante, ahora… como su nombre lo indica, uno de los componentes es el tóxico azufre.
Dentro del proceso natural de fermentación del vino, se hacen presentes los sulfitos en cantidades insuficientes para funcionar como conservantes. Este es el motivo por el cual, algunos enólogos, deciden incorporar artificialmente sulfitos en cantidades inocuas para preservar la calidad del vino.
El agregado puede darse en el mosto, en el vino, en las barricas o en la botella, todos con distintas finalidades, pero con el mismo objetivo de preservar la calidad del producto.
Precisamente el domingo salió en Los Andes, una noticia sobre el nivel de precios más bajo de los últimos años, de los mostos sulfitados, y quien quiera adentrarse algo en el estado actual de la industria vitivinícola argentina, no tiene más que echarle un vistazo.
Salvo los vinos orgánicos y biodinámicos, es de esperar que leamos en las etiquetas «contiene sulfitos» y no prejuzgeumos, tal vez esos sulfitos, le ayudaron a ser mejor, al vino que estás saboreando ahora.
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