Hace unos días atrás, Bloomberg publicaba una nota para tener muy en cuenta: Francia puede cambiar la manera de hacer vinos para siempre. Esta sentencia de ciencia ficción, puede no serlo tanto, si tenemos en cuenta que este verano fue bochornoso, y el segundo en temperaturas elevadas, desde que se tiene registro.
El calentamiento global no es solo un enunciado para el Instituto Nacional de Investigación Agrícola francés, sobre todo cuando coteja la calidad de los Merlot.
El mapa está generado por el servicio meteorológico estadounidense y muestra máximos y mínimos de temperatura global.
En la región de Burdeos, donde años atrás el 60% de los cultivos eran de Merlot, están dispuestos a cambiar debido al rango de temperatura que soporta la uva. No están dispuestos a resistir no importa lo que ocurra, y están destinando enormes sumas de dinero para adaptar esa región a cepas más resistentes. El proyecto durara 8 años con varietales propios y otros exportados de otras regiones. Sin duda, esto trae aparejado un cambio a las AOC, que se han conservado invariables por siglos.
Desde los años 80, se registra un aumento de 1°C en la temperatura promedio, lo que pone a las uvas francesas en un estadío de maduración más rápido y temprano que los de una generación atrás: y los modelos climatológicos hablan de una suba hasta al menos el año 2050. Si las emisiones de gases de invernadero continúan a esta velocidad, el incremento esperado es de 4°C sobre el promedio de 1975-2005.
Sin dudas se vienen cambios, y alguien tendrá que satisfacer la demanda de Merlot que Francia no pueda…
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