La imagen no es de la presentación de potecitos de postres vitivinícolas para niños, ni para adultos en regresión, ni nada que se parezca. Simplemente es una forma de vender una copa de vino en otras latitudes.

El concepto es osado para el mundo del vino, pero es básico y hasta elemental para la industra de consumo masivo de bebidas analcohólicas.

Tan extremadamente simple como se ve en la imagen: una copa descartable de material plástico (PET), que contiene 187 ml de vino, cerrada con una tapa hermética de aluminio, previa infusión de un gas inerte para evitar que el vino se oxide.

Las copas se venden en un «twin pack» y su creador: James Nash las considera ideales para una salida o bien, para evitar abrir una botella de 750 ml.

Aparentemente no sólo funcionan en Australia, sino que están haciendo furor en Europa y ya se comercializan en Estados Unidos. ¿Las veremos alguna vez por estas tierras?