Resulta más que interesante lo expuesto entre el 4 y el 6 de septiembre pasados en Inta Expone Cuyo 2015 sobre la volatilidad de los aromas de los cultivos cercanos a las vides.
El estudio encarado por técnicos de la Universidad Maza y del INTA busca demostrar la incidencia aromática de ciertas especies cuando son plantadas en proximidad a las vides.
Citando directamente a Amanda Di Fabio, directora del estudio, revela que se «…confirmó “la influencia de las especies aromáticas asociadas o cercanas al viñedo –como la mostaza (Brassica nigra), jarilla (Larrea divaricata), llantén (Plantago mayor), albahaca con aroma a clavo de olor (Ocimumbasilicumquimiotipolinalol) o eucaliptus– en la modificación del aroma del vino en los varietales Malbec y Cabernet Sauvignon”. «… Esto permitirá que los pequeños productores de nuestra provincia puedan mejorar el gusto y aroma de sus vinos para presentar al mercado una propuesta novedosa y diferente, con poco esfuerzo”.
“La pruina –detalló Di Fabio– es una capa de cera dispuesta sobre la cutícula de la baya en forma de vírgulas que incrementan notoriamente la superficie de contacto, además que se encuentra presente en el grano verde desde su formación”. Con gran superficie de contacto y varios meses de exposición, los compuestos aromáticos volátiles se incorporan a la pruina para, luego, pasar al vino, durante la fermentación.
Sin dudas, esto confirmará las creencias de algunos y seguirá teniendo sus detractores; de lo que estamos seguros es que alguien seguirá las recomendaciones y en no demasiado tiempo, tendremos sorpresas en algunas etiquetas.
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