Cuando estudiábamos historia y geografía, solíamos leer «viejo mundo» y «nuevo mundo». Pues el mundo del vino, tiene una división similar.
Para ponerlo en países «insignia» podemos decir que el viejo mundo son los productores de Francia, Italia, España y Alemania; en tanto que el nuevo mundo cuenta con Argentina, Chile, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelandia.
En el viejo mundo, el vino se hace «de esa manera» desde tiempos remotos. El verdadero protagonista es el terroir.
De acuerdo con el suelo y el clima, se plantaron las cepas que mejor se adaptaban y desde hace siglos son las elegidas para el desarrollo en cada lugar.
La defensa del terroir y su productor llega a un punto tal en el que se reglamenta la forma de hacer vino en esa región. Esto es lo que se denomina «AOC: Apelación de origen controlado», o bien «DOC: Denominación de origen controlado.
Por el contrario, en el nuevo mundo, cambia casi totalmente el paradigma.
Los inmigrantes que partieron rumbo a América y Oceanía se encuentran con suelos nuevos, no trabajados, y con mucha libertad para hacer sus vinos.
Hay tambien nuevas técnicas de cultivo y se pueden plantar diversas cepas en las mismas zonas. Es ahí donde el protagonista deja de ser el Chateaux para ser el varietal. Uno lo nota rápidamente en las etiquetas. Los vinos del nuevo mundo expresan la cepa.
En cuanto a los vinos argentinos, sólo existen hoy dos lugares que cuentan con denominaciones de origen controlado: Luján de Cuyo y San Rafael; ambos en la provincia de Mendoza.
Agregar comentario