Así se deforman los blogs…empiezan hablando de uvas y terminan con manzanas, como en el cole, cuando la profesora de matemática nos decía que no mezclemos peras con manzanas. No sé cuál es el ensañamiento con las manzanas. Primero Adán y Eva, después Newton, Steve Jobs y ahora… Matías Riccitelli.
Quería probar un Sauvignon Blanc «diferente» y me recomendaron «The apple doesn’t fall far from the tree» ($ 180.-). Yo pedí uvas, me dan manzanas – primer pensamiento- ahora… Riccitelli no era el enólogo de… ahh si! entonces, en alusión al «de tal palo, tal astilla» Matías es… ahora cierra.
Desde la etiqueta, indudablemente el vino es diferente pero al descorcharlo es un desborde de aromas tropicales. Muy fresco y frutado uno tiene ganas de pasar rápidamente a saborearlo.
La acidez justa, la frescura, el encanto de este Sauvignon Blanc que es una invitación a que los amigos lo conozcan. Es especial, es muy elegante. Es para comenzar cualquier velada.
Si lo tuviera que describir con una sola palabra diría: Insolente.
Lo cierto es que para compartir con amigos, una sola botella no alcanza.
Me empiezan a caer bien las manzanas.
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