Vuelvo a los cursos en la Escuela Argentina de Sommeliers y traigo a la memoria el final del curso intermedio. Fue sobre maridaje, pero con cuatro vinos para prestarles mucha atención.
La «teacher» de esa clase, María, otro lujo de la Escuela; se tomó el trabajo de cocinar focaccias y otras delicias para maridar con los vinos y aumentar más aún las experiencias sensoriales. Para aprovechar tiempo y espacio, vamos a las etiquetas y notas.
Trumpeter Sauvignon Blanc 2014 de Tupungato ($ 130.-) De color amarillo pálido. Sobresalen aromas a durazno, pomelo y «pasto recién cortado». En boca es seco, con la acidez marcada y la frescura que da la nota cítrica.
El maridaje fue con focaccia con salmón ahumado, queso blanco y berro. Una bomba en el paladar. Experiencia para repetir muchas veces.
El segundo vino es de Río Negro, de la bodega de Humberto Canale y un Gran Reserva con personalidad: Marcus Pinot Noir Gran Reserva 2013 ($ 330.-) De color rojo rubí y baja tonalidad, se detecta el roble, con una nota de humo. Es un vino en el que se sienten los sabores de la tierra. El maridaje fue con la focaccia con champignons, morrón, berenjena y cebollas moradas. Una delicia que nos dejó con ganas de más.
El tercero de esa noche es otro vinazo. Esta vez, de corte. Altavista Atemporal 2011 – Malbec, Cabernet Sauvignon, Petit Verdot- del Valle de Uco ($ 180.-) Su color es violáceo, intenso. Las variedades elegidas nos dan un vino que tiene notas lácticas, pero también a ciruelas pasas, moras. Hay pimienta y algo mineral. Los taninos dicen presente y al maridarlo con la focaccia con parmesano, tomates cherry y albahaca ya se hacía muy dificil mantener la concentración.
Para cerrar una noche de sentidos, llegó Gran Dante 2012 Malbec de Perdriel ($ 345.-) que nos recordó porqué el Malbec gana cada día más adeptos. El color violáceo y las notas a madera, humo, tabaco nos explican por sí solas, la presencia de Gran Dante en esa mesa. El maridaje fue con queso azul y peras caramelizadas. Resulta un vino redondo, con ataque dulce y el final frutado.
Era la última clase del curso intermedio, y como en las buenas series de TV, el final de una temporada que continúa al año siguiente, te deja «enganchado». Se preguntarán por el destino de los vinos…
… sólo se encontraron los cuerpos.
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